Lorenzo No me sentía demasiado emocionado con la idea de que Azul se quedará al cuidado de una chica lobo. No tenía nada en contra de ellos, pero ellos si tienen algo en mi contra. Ellos querían matarme a mi y a mi hija y eso era algo que no podía obviar, al contrario, estaba presente en mi cabeza aún mientras dormía. Una clara prueba de ello, eran las pesadillas que a veces tenía. Pero ahora confiar en Laurie, la novia del dueño de infierno, la chica amable que me servía cada vez que iba al bar, era la única opción que me quedaba. No podía llevar a mi hija a la comisaría y exponerla, ella debía permanecer escondida de todos. -No entiendo mucho de niños y no nací con el don de la paciencia, pero les prometo que la cuidaré, no saldré, no le abriré a nadie y la atenderé a todo mome