Beau Tal como me espere, el recibimiento de mi suegro no fue muy cálido, gruñó un par de veces en mi dirección, solo para ser golpeado en un costado por su mujer. Y no solo eso, también recibió una advertencia del hombre, el cual estaba junto a la mujer con la que anteriormente vi al tal Cedric. Hubo varios momentos en los cuales debí resistir las ganas de reír, el peor fue cuando ambos comenzaron a gruñirse uno al otro, como si eso fuera una conversación. Par de locos. Por su parte el hombre, creo que su nombre era Ben, parecía más calmado. Al menos ahora no tenía tanto pelo. Lo que si tenía eran grandes y oscuras ojeras, que no hacían sino comprobarme lo preocupado que estaba. —Tenemos que volver a la ciudad, hoy mismo. —dije rompiendo la guerra de gruñidos entre ambos hombres a