Beau No entendía qué demonios estaba pasando aquí, el hombre que antes discutía con el chico, ahora era una especie de lobo gigante gruñendo, en completo estado de cólera. Quería, pero no podía apartar mis ojos de esa enorme bestia, que probablemente nos intentará devorar a todos los aquí presentes. No sabía que harían ellos, pero yo saldría de aquí junto a Laurie y no pararía hasta ponerla a salvo. Por algo sabía que debía venir hasta aquí, llamémoslo presentimiento, intuición o una maldita obsesión por el jodido peligro. Pero aunque el lobo era imponente y algo a lo que temer, no era lo que más me sorprendía. No, lo que lo hacía, era la naturalidad con la que todos aquí parecían tomar este hecho. ¡Por el amor de Dios! Un maldito hombre se convirtió en un lobo ¿Y nadie grita? ¿N