EYLEEN
— ¿ por qué tanto interés en mi hermano? De una manera muy extraña.
— yo no tengo ningún tipo de interés en tu hermano si eso es lo que piensas y realmente me importa muy poco simplemente curiosidad porque el día de hoy me llevo a mi apartamento un regalo y decía Alexander así que supongo que que fue tu hermano
— ¿regaló?- me pregunta Tatiana y asiento.
— si. Un libro edición especial. De medicina alternativa- afirmo y ella abre los ojos sorprendida
— no sabía que eso fueron los gustos de Alexander.
— ¿Me puedes explicar a qué te estás refiriendo? espero que no te estás refiriendo a mí.- le preguntó a Samuel.
— O no en absoluto no me estoy refiriendo a ti a lo que me estoy refiriendo es que no sabía que le gustan los libros de medicina o que conocieran libros que tuvieran que ver respecto a ese tema.
— me tengo que ir-dice Damian viendo al hombre tendido en la cama y yo simplemente no sé qué decir.
— Yo también me tengo que ir, realmente me alegra qué sigas mucho mejor que te estás recuperando pero ya me se me va a hacer tarde y pues tengo mucho que hacer mañana.- le digo a Tatiana.
— gracias por venir - me dice dándome un abrazo.
— de nada - afirmo.
Salgo de la habitación y damian se queda ahí.
— ¿que hacía ella aquí?- escucho al salir y la verdad no entiendo cual es el problema que el tiene conmigo. No entiendo porque me odia cuando debería de estar agradecido que le haya salvado la vida a su hermano.
Tomó un taxi al súper mercado y hoy va a ser la primera vez que llenare todo un carro de supermercado.
Compro muchos productos para la cocina. Muchos alimentos y todas esas cosas que necesitaré. Tendré un refrigerador lleno
Cuando termino voy a mi casa y pido comida.
—————
DAMIAN
— ¿ escúchate lo que dijo ella?- me pregunta Samuel y yo solo asiento con la cabeza.
— no lo puedo creer - dice Tatiana. - el tiene un interés en ella - asegura.
— no. Es muy pronto para decir eso - afirmo y yo suspiro.
— para mí es muy obvio que él tiene un interés en ella, él no voy a tenido ningún tipo de interés en ninguna mujer desde qué Ana murió. - afirma Samuel.
— quizás solo fue amable con ella - dice Tatiana.
— mi hermano no es amable con nadie. ¿Acaso se te olvida esa pequeña parte?- le preguntó y suspira.
— no creo que Eyleen sea el tipo de mujer para tu hermano. - afirma y yo niego con la cabeza.
— no lo es - aseguró. - me voy - les digo - es bueno ver que te estás recuperando. Te deje más hombres para que estén al pendiente de ti.
— gracias
Salgo del hospital con el único pensamiento en mi cabeza de lo que sucedió hoy.
¿De verdad mi hermano tiene un interés en la Doctorcita?
Me cuesta entender muchísimo porque mi hermano se fijaría en ella, ella no es el tipo de mujer para él, él dijo que nunca más te volveré enamorar que nunca más iba a buscar una mujer, que él había muerto en vida cuando murió razón fijaría en la Dra.
Me molesta el hecho de qué ella se fije en ella, es una mujer que no pertenece a nuestro mundo. El debe estar como otro tipo de mujer y no es que no me alegre que el quiera volverse enamorar pero ¿porque con ella? De todas las mujeres qué hay en el mundo ¿porque ella?
Coduzco a la casa y cuando llegó lo primero que hago es ir a la habitación de mi hermano.
— ¿como sigues?- le preguntó y alza la mirada
— mucho mejor. - afirma - aún no me puedo poner de pie pero estoy vivo así que eso es lo importante - afirma viéndome fijamente - aún no me puedo ir de este mundo sin cumplir las promesas que aún tengo. - me dice y suspiro.
— deberías dejar esas locuras atrás - le digo con seriedad
— tú me lo prometiste - me recuerda. Se apoya en la cama sentándose en ella.
— no debes hacer fuerza. No abuses de tu fuerza - le recuerdo.
— me lo prometiste en su tumba y no te voy a permitir que ahora me salgas con esto ¿acaso se te olvidó?- me pregunta viéndome con frialdad
— claro que no se me olvidó eres mi hermano Alexander y siempre te voy apoyar sin importar lo que sea. Siempre te apoyare. Pero no me puedes pedir que no me preocupe por ti. - le digo sentándome a su lado. - eres mi único que me quedas. - le recuerdo.
— sabes muy bien que mi destino es la muerte.
— no. Tú destino no es la muerte, es eso lo que te has querido meter en la cabeza pero eso está muy lejos de la realidad - le digo tomando la mano de él. - siempre hemos sido tú y yo Hermano. Siempre hemos sido los dos contra el mundo y eso no va a cambiar ahora.
— sabes bien que cuando yo logre mi cometido, me entregare la muerte con los brazos abiertos. - me dice con seriedad - la única razón que tengo para estar vivo es vengar a mi amada pero cuando lo haya logrado entonces me haré a un lado de todo esto. - afirma y yo niego.
— yo te prometí que te ayudaría a vengarla. Te dije que haría que todo esto fuera posible, te los pondré en bandeja de plata para puedas lograr tu cometido. Pero no me puedes pedir que yo te deje morir porque eso no va a pasar - afirmo y el suspira.
— sabes bien que yo siempre logro mi cometido y no me importa el medio para llegar al fin
— lo importante es que te recuperes - le digo
— espero que estés trabajando en quienes fueron los que nos hicieron la embocada.
— ya eso lo tengo resuelto y tengo a unos hombres en el sótano.
—¿con vida?- me pregunta y asiento.
— así es - afirmo.
— ¿porque están con vida aún?- me pregunta con enojo. - Ellis deberían de estar muertos- exige
— lo estarán. - afirmo. - pero antes de morir tengo una mansión para ellos.
— no entiendo esa frialdad - afirma Alexander. - los quiero muertos.
— tú más que nadie debes saber qué hay maneras de morir mucho peores que la muerte. - aseguró y suspira.
— cierto. - murmura - ¿cuántos hombres caídos hay?- me pregunta
— al menos unos 6 hombres y podrían ser muchos más si no fuera por la doctora - le digo para ver su reacción
— espero que le hayas pagado al menos muy bien siendo así.
— ¿porque me preguntas? si estoy seguro que tú mejor que nadie sabes bien lo que sucede en esta casa.
— cierto hermano mío. Yo tengo ojos y oídos por todos lados - afirma el viéndome con una medio sonrisa. - pero quería ver tu reacción hacia eso hermano - asegura el. - ¿porque te desagrada tanto la doctora?- me pregunta el con seriedad. - ¿acaso no ves toda la labor que hizo ella?- me pregunta y yo solo me quedo callado. — si no fuera por ella, tú no estarías vivo y si no hubiera sido por ella muchos de mis hombres estarían muertos y eso incluye a nuestro primo Samuel - me recuerda y yo asiento.
— yo no la estoy desmeritando en lo absoluto- afirmo yo - hizo un buen trabajo, salvo muchas vidas y eso te incluye a ti. Su recompensa fue un buen pago.
— quizás para ti eso fue suficiente pero para mi no. - afirma- esa mujer es la remplaza en persona. Esa mujer tiene una fuerza que no había visto hace muchos años, la manera en la que mira es muy intensa. Esa mujer es turn lo que pensé que no volvería a ver en esta vida.
— ¿me estás diciendo que ves en la doctorcita a Ana?- le preguntó con amargura
— Claro que no. - afirma con seriedad. - ninguna mujer se acerca a Ana y nunca se va a acercar, porque simplemente como ella no hay dos. - asegura
— ¿entonces que es lo que me estás diciendo?- le preguntó
— lo que estoy diciendo es que esa mujer tiene un brillo muy particular, es como esos diamantes que solo hay uno en un millón.
— ¿te interesa la doctorcita?- le pregunto con enojo.
— no. - dice con rapidez
— claro que si. Porque le enviaste un libro y eso deja mucho que decir - le digo y me mira con fijamente - así es. Hermano descubrir tu pequeño secreto.