A MI HERMOSA NIETA, MI ANNIE. Mi niña, busque este diario en cuanto le vi la cara a él joven que se llama Dante. Cuando lo vi sentí que el alma se escapaba de mi cuerpo, emociones que había enterrado salieron todas juntas, emociones que no quería volver a sentir, que según yo había ocultado en lo más profundo de mí ser. Mi Annie, si has leído todo lo poco que escribí de aquel año, el año 1963, he de confesarte. Dante es la viva imagen de Diederick. Ahora quizá te preguntas que ocurrió después de que escape en su búsqueda, cariño, he luchado por olvidar eso, muchas noches quise convencerme de que fue un sueño, pero nunca lo fue. Todo pasó y hasta el día de hoy, a pesar de haber vivido una vida feliz con tu abuelo y de querer olvidar los eventos que marcaron mi vida por completo, jamás pod