No pude descansar al lado de Dominic como él quería porque tuve que redactar la noticia de que el jefe de la Cosa Nostra había muerto en la enfermería de la cárcel a causa de su grave enfermedad. Es una noticia importante y no he pegado ojo en toda la noche. Aunque no solo por la noticia, sino por el chico que dormía intranquilo en mi cama con el brazo vendado. Estoy sentada en una silla mirándolo. Lorenzo me ha avisado que ha habido un tiroteo en un polígono industrial y ya debería estar allí cubriendo la noticia, pero no, sigo en casa porque uno de los heridos en ese tiroteo está en ella. Dominic abre los ojos y se incorpora con rapidez porque seguramente no tiene ni la más remota idea de dónde se encuentra. Su mirada se pasea alarmada por toda la habitación hasta que me ve. — Neces