Pido un remis a las ocho y media de la mañana. Me dicen que tienen veinte minutos de demora, pero que si consiguen uno antes lo mandarán. Acepto. Muerdo mis uñas esperando a que el auto pase por mí. Intento no hablar mucho con mi familia o se darían cuenta de que estoy mal, sobre todo porque no decidí no despedirme de Rodrigo, pero es lo mejor para ambos. Ayer se fue a la medianoche, pasamos todo el día juntos, así que esa fue nuestra despedida. No puedo arruinar el hermoso día que pasamos. Diez minutos después, tocan bocina. Se ve que encontraron un auto. Saludo a mi mamá y mi hermano con un beso y un abrazo muy fuerte mientras mi papá se dirige al baúl del auto y guarda mis valijas. Me abre la puerta de atrás y lo abrazo antes de subir. —Decile a Rodrigo que lo amo —murmuro. Él so

