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1240 Palabras
Los días pasan con normalidad hasta que completo una semana en la empresa, no he vuelto a encontrarme con Matías y es algo que agradezco, aunque Eirin si ha estado más presente durante esta semana ya que acaba de asumir el lugar que le corresponde en la empresa y debe ponerse al corriente del manejo de la misma. Las veces que la he visto me sorprendo al ver el profesionalismo y el carácter con el que se desenvuelve. Me pregunto ¿Cómo manejara su carrera de modelo con el manejo de una compañía multimillonaria como esta? Me citan a una reunión con una nueva empresa que busca asociarse con la compañía de los Ross, así que camino hasta la sala de juntas que hay en presidencia. Al entrar me fijo en que la sala se encuentra llena a la cabeza de esta se encuentran los imponentes hermanos Ross. Matías posa su mirada en mi mientras yo camino hacia la silla que me corresponde a la derecha de Matías. -              Hola Nort – me saluda Eirin -              ¿Cómo esta señorita Ross? – respondo amablemente ella sonríe dulcemente -              Solo dime Eirin – responde cuando vemos entrar los demás ejecutivos entre ellos mi hermano lo que me sorprende ya que no me informo de esto. -              Buenas tardes – saludamos poniéndonos de pie, comienzan las presentaciones entre nosotros, cuando nos presentan con mi hermano me sorprendo al enterarme que cambio nuestro apellido por el ser nuestra madre. Decker Comenzamos la reunión y noto que mi hermano no deja de verme al igual que Matías, le sonrió en varias ocasiones disimuladamente y él me guiña un ojo. La reunión se extiende más de lo que habíamos esperado, hay algunos puntos en los que los Ross y los dueños de la otra compañía no están de acuerdo. -              Podemos aplazar la reunión para dentro de dos días- dice Eirin poniéndose de pie – parece que no estamos de acuerdo, mi hermano y yo no estamos de acuerdo en algunos puntos, por lo que los estudiaremos y en dos días las discutiremos de nuevo. Nos despedimos de los demás y luego cuando ellos se van mi hermano me da una mirada que no me gusta ni un poco, los Ross y yo nos quedamos solos comenzamos a exponer los pros y los contras del acuerdo que ellos nos han presentado.  -              Parece que ellos tienen problemas con la compañía – respondo leyendo el acuerdo – hay cosas que no encajan, como un porcentaje que queda al aire – les explico mostrándoles en los gráficos – porcentaje que podría afectarnos a ustedes. -              Es verdad – dice Matías acercándose a mí – debemos investigar sobre la empresa antes de llegar a cualquier acuerdo. -              Queremos que te hagas cargo de esto Nort – dice Eirin – mi hermano y tu tendrán solo dos días para saber qué es lo que está pasando. – sin más sale de la sala de juntas dejándonos solos -              ¿Un almuerzo? – pregunta Matías haciéndome reír. -              Creí que había quedado claro – respondo poniéndome de pie recogiendo mis cosas. -              No es una cita – dice él sentándose donde estaba antes – es una reunión, debemos trabajar en una investigación y ya pasó la hora de almuerzo. -              Muy listo – respondo riendo -              ¿Es un sí? -              Eres mi jefe y debemos trabajar – respondo y él me regala una sonrisa digna de comercial.  – voy por mi bolso y computadora – digo saliendo de la oficina. -              Te acompaño – responde él caminamos hacia el ascensor – por cierto, te vez hermosa vestida de n***o. – me sonrojo y trato de ocultar una sonrisa. Cuando tomamos mis cosas bajamos en el ascensor hasta el estacionamiento donde él me guía hasta un Ferrari azul metálico muy hermoso, me abre la puerta del copiloto como todo un caballero. Conduce hacia un restaurante lujoso, la tensión dentro del auto es casi palpable yo me vuelvo a verlo y él me sonríe. -              ¿Te ha gustado trabajar con nosotros? – pregunta y yo sonrió. -              Muchísimo - respondo sincera y es que, si me ha encantado trabajar con ellos, aunque que me siento mal por lo que Daniel quiere que haga – las personas han sido muy amables conmigo al igual que ustedes. -              Mi hermana es un amor, aunque es dura cuando debe hacerlo – responde y noto ese brillo de amor en los ojos. -              ¿La quiere mucho? – pregunto y él me observa. -              Ella es mi mayor orgullo hasta ahora – responde y yo sonrió – no hay nada que no haría por ella. – sus palabras me ponen triste porque es lo mismo que pienso yo con mi hermano, pero al parecer Daniel no opina lo mismo porque me está pidiendo hacer algo que puede acabar con mi vida. Cuando llegamos al restaurante nos guían hasta una mesa cerca de la ventana, pedimos nuestro almuerzo y comenzamos hablar sobre el acuerdo, descubrimos muchos puntos irregulares en el acuerdo, no sé qué está pasando, pero Matías cada vez está más enojado. -              No sé si alguien no se fijó en estos errores o por ser jóvenes mi hermana y yo nos creen idiotas fáciles de embaucar – responde molesto y es entendible el acuerdo favorece más a la otra empresa que a los Ross. -              Tranquilo, lo descubrimos a tiempo y tenemos 48 horas para solucionarlo – digo tomando suavemente su mano sobre la mesa, una pequeña corriente eléctrica me atraviesa el cuerpo al tocarlo. -              Si, lo solucionaremos – responde mirándome a los ojos, su mirada me hipnotiza y sonríe haciéndome sonrojar. Cuando volvemos a la empresa centro toda mi atención en redactar un nuevo acuerdo resaltando los errores del anterior. Cerca de las siete de la noche me voy a casa pensando en el acuerdo. Al llegar dejo todo sobre la barra del desayuno mientras me descalzo, tengo un ligero dolor de cabeza por lo que voy en busca de una aspirina a la cocina cuando la voz mi hermano hace que me sobresalte. -              Llegas tarde hermanita – dice Daniel sentado en uno de los sofás  -              ¿Qué haces aquí? – pregunto buscando la caja de aspirinas. -              Vengo para que hablemos del plan – responde mientras yo me tomo la aspirina – quiero que te cases con Matías Ross – me atragantó con el agua mientras me vuelvo a verlo. -              Estas loco – respondo cuando he dejado de toser – ni siquiera le gusto y ya me hablas de matrimonio. -              Eso es mentira hermanita – responde poniéndose de pie para venir hasta mi – hoy en la reunión me di cuenta de que no te quitaba los ojos de encima y quiero que lo seduzcas, haz que se enamore de ti, que te pida matrimonio eso si no le firmes absolutamente nada por qué cuando estén casados automáticamente serás dueña de la mitad de todo lo que le pertenece. -              No me hagas esto Daniel – pido rompiendo en llanto lo que parece enfurecerlo, por qué me da una fuerte bofetada. -              Soy tu hermano mayor y harás todo lo que yo te diga – me grita tomándome fuertemente del cabello – o haré que te arrepientas. – sin más me suelta bruscamente haciendo que caiga de rodillas en el suelo – recuerda que pronto entraré a la empresa y te estaré vigilando.
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