KENDALL… Observo como un enorme crucero pasa frente a donde me encuentro, los últimos rayos de sol iluminan el cielo mientras continuó acostada en una de las camas que hay en la piscina. Cuando volví a Nueva York le pedí a mi esposo que nos tomaremos unos días libres y él tuvo la maravillosa idea de venir a Grecia, más precisamente mykonos un lugar realmente extraordinario. Esta es nuestra última noche en la ciudad después de diez magníficos días mañana tendremos que volver a Nueva York. - ¿en qué piensas? – la voz de Alejandro me saca de mis pensamientos, me vuelvo a verlo y se encuentra de pie junto a donde estoy. - En que me gustaría quedarme aquí siempre – le respondo y él toma de la mano haciendo que me ponga de pie. - Pero tenemos cos