Estaba mirando fijamente al infinito mar azul, a través de mi ventana del baño mientras me duchaba, divagaba en mi mente todo lo ocurrido, lo constantemente en peligro que suelo estar, estaba exhausta y muy cansada de todo. Recién había encontrado un instrumento, me faltaban tres más. Salí del baño y me coloque mi pijama de ranitas, salí al balcón y encendí mi cigarrillo. El humo inundo mi boca, lo bote liberando todo el estrés que sentía, relaje mis hombros, mientras daba otra calada. —¿Por qué tan sola?—inquirió Harry, saltándose el barandal de su balcón hasta el mío. —Eso es invasión de privacidad—musite al ver que se acercaba a mí. —No importa, denúnciame.—divirtió y me reí para variar—, ¿Vas a seguir evitándome? —Sí, eres prohibido para mí.—respondí dándole otra calada más profun