Mi cuerpo dolía, pero mi alma sangraba. Mi mejor amiga de toda la vida había perdido la memoria y era mi culpa...Ya no iba a acordarse de todas las veces que jugábamos, cuando niñas. Ni de las eternas video llamadas que hacíamos cuando yo aun vivía en la ciudad, de todas nuestras historias, aventaras y locuras juntas. Su mente era un cementerio donde murieron sus recuerdos. —Cass, ¿Puedo ir a verla?—pregunté. —No te recordará, solo recuerda a Natalie.—dijo con pena. Muchos sentimientos encontrados me invadían, quería gritar, pero de momento solo lloraba, el dolor de saber que mi mejor amiga no podía recordarme me quemaba por dentro. —¡SAM DESPIERTA!—escuche un grito de Cass, abrí lentamente los ojos y para mi sorpresa no estaba en un hospital, había sido una pesadilla.—, ¿Qué soñaba