Selene está nerviosa, asustada, preocupada, pero también tranquila en la comodidad del abrazo de Connor. Él la tiene totalmente arrimada a su cuerpo, sus labios se mueven suavemente contra los de ella en un beso tierno mientras el piano sigue sonando de fondo. No tiene idea de cuánto llevan bailando, pero ha pasado un buen tiempo, incluso ya puede verse el comienzo del amanecer por las amplias ventanas del salón. —¿Nos vamos? —La pregunta del alfa hace estremecer a Selene porque sabe lo que se viene y esta vez no quiere detener que pase. Su corazón empieza a latir con tanta fuerza que está segura que su esposo puede oírlo. Ella asiente suavemente, el alfa la lleva de la mano, pero no van hacia la mansión, como ella tenía pensado que pasaría. A pesar de su confusión, decide no preguntar