Casi dieciocho años después… Reggan entra a la mansión bufando y golpeando con fuerza la puerta. Su enojo se siente en el aire mientras sube las escaleras a toda prisa. Rinno entra detrás de él, y por su rostro, también está bastante molesto. —¿Qué sucede, hijo? —pregunta Selene desde el comedor, pero él la ignora. Antes de que llegue a la sala, él ya entró a su habitación. Ella observa con ceño fruncido el comportamiento de sus hijos. Es la primera vez que los ve de esa forma. Rinno se acerca a ella y como hace siempre, deja un beso en cada mejilla de su madre y coloca su cara en el cuello, abrazándola fuerte. Eso consigue calmarlo. —Se molestó porque me negué a luchar con él en el entrenamiento. Estaba iracundo, como si buscara a alguien a quien lastimar para desahogarse, irreconocib
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