Ya es casi mediodía cuando Katrina, Ragnar y Ethan aparecen en la mansión. Ninguno de ellos dice nada al entrar a la sala, pero por sus rostros se puede deducir que no hay buenas noticias. Ethan sube las escaleras a pasos pesados, mientras que Katrina pasa directamente a la oficina y su esposo la sigue. Ellos no se han dicho más que un par de palabras en todas estas horas. Selene, luego de escuchar a su hermano entrar a su habitación, baja la escalera para hablar con sus padres, pero cuando los oye discutir, se queda quieta sin atreverse a pasar. Nunca los había escuchado hablar de esta forma, su madre es la mujer más dulce del mundo y su padre la respeta y ama más que a nada. ¿Qué pudo enojarlos hasta este punto? —Hablemos —dice Ragnar entrando tras Katrina. Trata de apaciguar la situ