Sara
No me había gustado nada lo que Andrés me había comentado de Javier y lo peor, era que de cierta manera yo también lo creía. Pero que me lo dijera su primo, me reforzaba el pensamiento.
Sin embargo, algo dentro de mí todavía necesitaba tener con él las conversaciones que manteníamos antes de nuestro fallido encuentro en Las Bahamas. De todas maneras era imposible, pues al volver a Madrid había borrado su perfil de Tinder y no solamente no había vuelto a estar conectado en w******p sino que su perfil allí aparecía sin foto, por lo que no estaba segura ni de que siguiera manteniendo ese número de móvil. Así que aunque quisiera, no sabía dónde encontrarlo realmente.
Esa mañana después de mucho meditarlo, decidí enviarle un mensaje. Esperé por una media hora, pero el único tic que hab
