No pude sacarle ni una sola palabra a Pablo. Laura tuvo que irse antes del cierre por una urgencia, así que me quedé sin el pan y sin la torta, valga la redundancia.
Yo me subo a la bici para ir a casa. No sé si pasar a visitar a Kevin, pero al final termino decidiendo que no, no quiero resultar pesada.
Al llegar a mi hogar, lo primero que hago es ir a ver si mi duende cambió de expresión. Está sonriendo, pero no tanto como anoche. Eso me provoca aún más miedo, de solo pensar que tiene vida me revuelve el estómago.
Voy a darme una ducha rápida debido al calor y ya me pongo el pijama, un short de algodón viejo y una musculosa de tirantes rota. Qué lindo que es estar cómoda en casa. Camino descalza por la sala mientras acomodo algunas cosas y tomo algo de jugo. Cuando quiero acordarme d
