He vivido en un profundo silencio al tema, dedicándome a organizar el mejor desfile de nuestra marca y llevando control de mi empresa. Me he convertido en mil oficios con tal de pasar poco tiempo en casa atormentando mi cabeza. Ningún lugar será apropiado para conservar lo poco de tranquilidad, paz mental y estabilidad emocional, con las que el mismo Londres ha contribuido a desestabilizar al ser el lugar de confesiones demasiado crudas. Verdades que cambian por completo el panorama y ponen la pelota en mi cancha, no con un punto a favor, sino todo lo contrario, con cien puntos en contra y el partido perdido. Suspiro y mi mueca persiste, mirando con la misma atención que todos los encargados de las diversas áreas posan sobre el nuevo jefe de diseño, Orlando. Solo escucho un parloteo cons