NATHANIEL Veía los esfuerzos de Faith, veía su sacrificio cada día cuando se levantaba temprano para trabajar y lo cansada que llegaba. Mientras, estaba intentando colarme en el mundo de los negocios. Haría mucho dinero y nos sacaría de esa caja de cerillas en la que vivíamos. Nos compraría buenos coches y seríamos más felices. Faith dejaría de madrugar, se le quitarían las ojeras y sería el triple de feliz. —¿Qué son todos esos papeles? —cotilleó. Se dobló sobre el respaldo del sofá y me besó. —Cosas de una reunión a la que iré el sábado. No te importa quedarte sola por la noche, ¿verdad? —¡Qué va! —sonrió y me volvió a besar. Al final terminó tirándose sobre el respaldo para sentarse en mi regazo—. Tengo un par de películas guardadas que quiero ver. Son de amor, de esas que no te gu