Nicole por fin había demostrado su valía, y si pasaba la prueba liberando al dragón que estaba en lo profundo de la montaña entonces su labor habría terminado, y por fin se quitaría esas botas... La verdad era que aunque al inicio fueron una gran molestia por todo lo que implicaban, le hicieron doler los pies tanto que pensaba que se le iban a caer, todas las tareas y entrenamientos que debía hacer, y para colmo la responsabilidad, lo cierto es que la super velocidad se había vuelto algo que no quería reemplazar por nada. Moverse a grandes velocidades ajustando su percepción para que pudieran sentir el viento era lo máximo, además el poder protector de las botas sagradas que permitía ir a velocidades en las que no podría respirar y defendía al cuerpo de las paradas abruptas hacia de todo