—¿Qué haces aquí? —le recrimine, aunque después de un segundo de haber dicho tal cosa me arrepenti, lo que se suponoa que debia preguntar era “Quien eres y que haces aqui” pero al no hacerlo evidencie que la conocía. —Vaya, vaya—expreso caminando lentamente en mi dirección. Se habia tomado la molestia de encender las luces y abrir el frigorífico para servirse una bebida fria, no pude ignorar el vado vacio sobre la isla de la cocina—¿Asi que tu eres la supuesta prometida de Julio, eh? No conteste, no tenia porque hacerlo, ya que la que debia estar haciendo las preguntas en esa situación debia ser yo, no ella, se había metido a mi casa quien sabe como, quizas hasta habia husmeado o peor aun habia robado algo. De lo último no tenia ninguna prueba, pero me hacia sospecharlo por la forma d