LEA
Es irónico, solo llevamos 12 horas casados y ya esto comienza a apestar.
—Entonces dices que debo dejar que me traten como servidumbre o…
—No lo harán.
Discutir no es algo que quiera y menos frente a mi hija, así que deje la conversación hasta ahí, si de algo sé es que pelear con él seria algo de nunca acabar.
“Y que pensabas, el hecho de que están casados no significa que el te vea como su esposa y señora”
Fue una estupidez de mi parte haber dicho eso y es algo que no volveré a repetir.
Me tomé un baño para después preparar a mi hija, aunque fuera por última vez, debía dejarla en la guardería porque debía preparar todo lo que nos queda y guardarlo en alguna parte hasta que la casa en los suburbios esté disponible para nosotras.
—¿Qué es eso? —cuestiona cuando salgo de la habitación —No… no, definitivamente no vas a salir así.
Me miro de arriba abajo.
—¿Por qué no?
—Mi esposa no debe verse como una mujer corriente y sin clase.
—Yo no soy su esposa en realidad, el hecho de que un papel firmado diga si, ambos sabemos que no es así en realidad.
—¿Acaso es por lo que dije?.
—Haber… dejemos las cosas claras —dije tajante y con prisa —Usted… no, tú me miras como tu acceso a ser el “jefe” de tu familia y yo como mi cajero automático. Me voy a vestir como a mí se me dé la bendita y regalada gana y si tu familia cree que puede pasar sobre mi como tú lo hiciste en el pasado, están equivocados, las cosas son diferentes ahora y sin intentan algo conmigo o con mi hija, conocerán el infierno, te lo juro por mi alma que será así. —Inhalo profundo y exhalo. —Ahora, dame dinero.
—¿Qué?
—Tengo que arreglar un asunto antes de todo. Tómalo como un adelanto de mi sueldo.
Se ríe sin creer que esto esté pasando.
Saca su billetera y me da lo suficiente y lo acepté, por ahora. Tomé de la mano a mi hija y salí de su departamento para tomar un taxi. Después de dejar a mi hija en la guardería pagué una bodega con el lapso de un mes y llevé mis cosas ahí, me tomó casi todo el día pero valió la pena.
Fue una suerte que la casera me cuidara las cosas en toda la noche, por eso la recompensé sin importarme irme a pie por mi hija.
Cuando llegué a la guardería vi un auto de lujo estacionado.
“Por favor que no sea él”
Corrí hacia la guardería y llegando a la entrada lo vi, estaba conversando con él… la directora.
—Oh señora Lea. —la directora me sonríe —Que bueno que llega, es que el caballero, dice ser su esposo y bueno… no estábamos seguros de que fuera cierto ya que usted fue clara cuando dijo…
—Si, si —digo mientras tomo bocanadas de aire —Recuerdo lo que dije —fuerzo una sonrisa —Si, él… es mi esposo, por desgracia —dije lo último para mí misma y él me mira molesto como si me hubiera escuchado. —Eh, creí que estaba muerto, —mantengo mi sonrisa forzosamente —O que se había ido con otra…
—Amor, como podría hacer eso si solo tengo ojos para ti.
Giro lentamente sobre mis talones sin creer que estuviera diciendo eso.
—Aja. —murmuro para mí misma —En fin. Es una larga historia que algún día se lo voy a resumir.
—Esta bien señora Lea, lamento los inconvenientes.
Me vi forzada a subirme en el auto en el que había venido él, mi hija no parecía molestarle esto, simplemente lo ignora. Al cerrarse la puerta lo fulmino con la mirada por esto.
—¿Qué demonios crees que haces al presentarte de esa forma?
—Se te olvida que ahora si estamos legalmente casados. —recalca cada letra. —Debo fingir que soy un padre y esposo perfecto. —me doy cuenta de que mi hija lo mira de reojo. —Hoy iremos con el director de la academia en donde asistirá Violet.
—¿Enserio? —dije sorprendida de que fuera rápido. Me entrega un folleto de la academia y mi boca literalmente cayó al suelo —P–Pero esta academia solo van niños ricos… yo no…
—Crees que mi supuesta hija iría a una escuela pública —se ríe —Todos los miembros de mi familia fuimos a esa academia, los hijos de mi hermano no son la excepción y tampoco la mía.
—Esto es demasiado —suelto sin creerlo —La academia de Elite es la mas prestigiosa y…
—Olvidas que es parte del acuerdo. —recuerdo lo que dije —Ya saben que hacer.
Al bajar del auto y estar frente a las imponentes puertas de la academia comencé a darme cuenta de que esto era real y me estaba asustando.
“Porque me siento como si hice un trato con el diablo”
—Oye, no se te hace más fácil casarte con alguien que de verdad ames y así tienen hijos que una farsa de un año. Piénsalo, es mi hija quien saldrá perjudicada en esto y no quiero que sea así.
Comienzo a retractarme al ver el brillo en los ojos de Violet.
—Hablé con el director, mantendrá la identidad de Violet en el anonimato de que es mi hija.
—Pero…
El director aparece impidiendo que continuara la conversación con él. Con una enorme sonrisa nos recibe y comienza a darnos un recorrido por la academia y como todos, alardeando de lo grandioso que es recibir a un Vlarios más en su academia.
—¿Qué opinas de la academia pequeña? —le habla a mi hija —No te preocupes si te parece grande, habrá profesores pendientes de ti 24/7.
—En realidad creí que sería más grande.
—¡Violet!. —la reprendo por la forma en que se expresó —Lo siento.
—Tranquila señora, no es esperar que heredara muchas cosas de su padre.
Yo no diría eso ya que jamás traté de cerca con su padre ya que fue una aventura que me llevó a la consecuencia de 9 meses y que mi padre me echara de casa. Había llegado el momento menos deseado para mí y ese era llegar a la casa de esa las víboras que claramente estuvieron comiéndome el trasero todo el día.
Llegamos y claro que todas las miradas estaban sobre nosotros. Me sentía como si estuviera en medio de alacranes y serpientes y que en cualquier descuido me atacarían.
—¿Esta lista la habitación principal?
“Enserio me pregunto cómo puede estar tan relajado. Yo estoy como si fuera a estallar una bomba de tiempo”
—Si lo está, señor Vlarios. —él sonríe cuando lo llaman así —La habitación de su hija también esta lista.
—Excelente.
No quería quedarme abajo así que le pedí a la empleada que me llevara a la habitación de mi hija para salir huyendo de la incómoda y tenebrosa situación.
—Mami, estas pálida.
—Solo estoy pensando cariño. —ella me mira sin creerme.
Lo revisa con una sonrisa y me dice que le gusta, pero había algo que llamó mi atención.
“¿Es una computadora y tablet último modelo?”.
Comencé a considerar que estaba yendo muy lejos con tantas cosas, no quiero que la mime de esta forma porque cuando esto acabe, yo no podré darle estos lujos y temo que mi hija me odie por no darle esta clase de vida.