No puedo parar de llorar. Esto no me podría estar pasando, estaba a un paso de volverme loca, tampoco este era un lugar para tener un bebé, de hecho podría causar muchos problemas. —¿Qué vas a hacer, Ari? —Me pregunta María mientras me acaricia suavemente mi espalda. —No lo sé, de igual manera este no es un sitio para tomar decisiones, no quiero ir a la enfermería ni hacer de esto todo un problema. —¿Entonces? —Ella hace una pequeña pausa—. De aquí a que salgas ya tendrías una barriga difícil de disimular. —Lo sé…, creo que tengo que escaparme de aquí. —¿Estás loca, Aria? —grito María. —¿Dime qué más puedo hacer? —Si llegas a hacer eso van a llamar a la policía. —Lo sé, lo sé… Voy a amenazarlos, si llaman a la policía diré que aquí me violaron, que fueron abusivos conmigo y haré m