Damián detuvo el auto frente a una de las bodegas, se adentró saludando a muchos de sus hombres y escuchando atento a todas las novedades. —Preparen el almacén, hoy recibiremos un importante cargamento de heroína —informó a Luigi, uno de sus hombres de confianza luego de Carlo —necesito que recibas este cargamento personalmente. —Como ordene, señor —contestó él de inmediato —Estas al mando, Luigi, tengo que ir a atender otros asuntos de más importancia Le dio más indicaciones, mientras el hombre asentía conforme con sus órdenes. Salió del despacho con él atrás suyo y observó el panorama, sintió un Deja vù cuando sus ojos detectaron a la mujer que se encontraba al fondo hablando con algunos hombres, sus miradas se encontraron, ella se tensó y frunció su boca al verlo, era increíbl