Las mismas horas que llevo escribiendo canciones e improvisando notas musicales, son las que lleva ella encerrada en su estudio ocupada con la videoconferencia. Se lo nerviosa y ansiosa que estaba con todo eso y también soy consciente que nuestro futuro depende en gran parte de lo que los accionistas decidan. Dejo mi guitarra a un costado y me acuesto en el sofá mirando al techo. Mi mente divaga por las diferentes situaciones que pueden ocurrir y lo único que tengo por seguro, es que decidan lo que decidan; no habrá nada que me separe de ella. Amo muchísimo a mi país, a mi tierra, a mi gente, pero de ser necesario, me iría con ella al fin del mundo con tal de tenerla a mi lado para siempre. Cierro mis ojos e intento dejar mi mente en blanco para no empeorar los nervios que ya siento. Un