Las maletas ya están listas para irnos por unos pocos días a Málaga y luego comenzar con todo lo que significa lanzar nueva música. Aun ella no ha llegado de la oficina, por lo tanto aprovecho este tiempo para practicar las nuevas canciones con mi guitarra. Estoy tan nervioso... no sé como reaccionara la gente cuando escuche las primeras dos canciones; son tan diferentes a lo que normalmente he hecho antes.
No sé cuánto tiempo llevo aquí en la sala cantando, pero siempre que tomo la guitarra entre mis manos; el tiempo vuela. Lo único que me hace soltar la guitarra es escuchar la puerta de entrada abriéndose. Volteo para ver hacia allí, y la veo entrar con una sonrisa resplandeciente en su rostro.
—¡Buenas tardes rubio!— Dice con entusiasmo y se acerca a mí para darme un beso de esos que
