37— Renegociando Los Terminos

512 Palabras
—Me encanta tu ciudad. Dice mientras vamos caminando abrazados por la calle que queda justo enfrente de la playa. —Es hermosa. Respondo. Estoy completamente enamorado de mi ciudad y no me imagino viviendo lejos de mi tierra. —¿Y con cuantas has venido a caminar por aquí? Me pregunta mirándome. —¿Puedo elegir no responder a tu pregunta rubia? Pregunto intentando no reírme. Ella se detiene en medio de la acera y me mira entrecerrando sus ojos —¡Eso quiere decir que han sido muchas! Exclama sorprendida. —¡No, tampoco! Intento explicar, pero tengo la sensación de que no me está creyendo. —¿Cuánto es "no, tampoco"? Pregunta imitando mis palabras. —No muchas. Digo serio. —Mmmm... Me mientes, lo sé, pero está bien; es tu pasado y no me meteré en ello. Dice y acaricia mi rostro. —Pero, yo quiero que te metas en todo. Le digo sonriente. —Rubio, nunca le digas eso a una mujer. Me dice entre risas y seguimos caminando. —¿Por qué Pregunto sonriente. —Porque puedes resultar más investigado que si fueras un sospechoso buscado por la Interpol. Dice mirándome de una manera que me deja saber que no es una broma lo que dice. —Bueno, honestamente tengo algo de experiencia en ello eh... Le intento explicar. —¿Por qué dices eso? Pregunta sorprendida. —Cariño, no me mal entiendas... amo a mis fans, pero saben hasta cuando uso dos veces la misma camiseta. Le explico riéndome al recordar las varias veces que me han dejado esos comentarios en las fotografías que subo a i********:. —¡¿De verdad?! Pregunta sorprendida. —No tienes idea... prestan atención a cada mínimo detalle de cada fotografía que subo a las r************* . Le comento. —Vaya... ¿ósea que por eso me puedo meter en lo que quiera? Pregunta riéndose. —En lo que tú quieras... Le aseguro. —¿Qué tal si nos sentamos en la playa y me cuentas de ti? Me propone y solo asiento estando completamente de acuerdo. —Y tú me cuentas de ti. —Claro. Caminamos por la playa hasta que encontramos un sitio donde no hay casi gente y me siento primero con mis piernas dejando sitio para que ella se siente entre ellas. —¿Te das cuenta? Le pregunto mientras rodeo su cuerpo con mis brazos. —¿De qué? Pregunta confundida. —De que estamos siendo un matrimonio de verdad, de que por fin estamos conversando para conocernos bien... Le digo apretándola más fuerte contra mí. —Me doy cuenta, y también me doy cuenta de que me dejas sin aire... —¡Perdón! Es que siento esta inmensa necesidad de sentirte lo más cerca que pueda. Digo soltándola un poco para que respire bien. —No hay problema, ahora deja de dar vueltas y cuéntame de ti. Dice sonriente. Bajo este sol y con ruido de las olas golpeando en la orilla, le comienzo a hablar de mi vida, de lo que estudie, de cómo comencé en la música, de las pocas novias que tuve, y demás. Al parecer ella no ha quedado muy satisfecha con la información que le he dado porque me mira dándome una media sonrisa que me deja saber que hay algo pasando por su cabeza. —¿Tu primera vez fue con la chica de Irlanda? Me pregunta intentando reafirmar lo que le he dicho. —Sí, fue con ella... Respondo con algo de vergüenza.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR