29—Que comience fiesta de inauguración

792 Palabras
Cuando acordamos de venir a Barcelona a la inauguración de este hotel, jamás imagine que sería igual o peor que las alfombras rojas de las premiaciones a las que he asistido. Los flashes, las cámaras de video y el acoso de la prensa es notable incluso antes de llegar a la entrada donde se lleva a cabo la gran fiesta. —Me imagino que esto no es nada nuevo para ti, ¿No guapo? Me pregunta mientras nos vamos acercando y su manera de llamarme me hace sonreír. —Si te soy honesto, me siento un poco intimidado, pero creo que es porque entraremos juntos. —¿Miedo de entrar con una mujer a un evento? ¡No me digas que los rumores son ciertos! Dice burlándose de mí. —Rubia... no tientes a tu suerte, sabes que me refiero a que estemos casados... ya sabes, es nuestra primera aparición como pareja. Comento intentando restarle importancia a su comentario previo. —Vale... Bueno rubio, es la hora. Dice y ya estamos a dos pasos de la prensa. —¡Señorita Echevarria! ¡Pablo! Comienzan a exclamar todos para que vayamos a responder a sus preguntas. —Señora Moreno. Los corrige a todos haciéndome reír. —Señora Moreno, una pregunta por favor. Dice una reportera bastante jovencita. —Ven guapo. Me dice para que nos acerquemos a ella. —Hola. Le dice de manera amable una vez que estamos enfrente de ella. —Gracias señora Moreno, Pablo. Solo quisiera saber cómo se han conocido. Nos dice y quedamos en blanco. Vaya, mi esposa esa que tiene respuesta para todo no sabe que decir. —Nos conocimos cuando yo me quede en uno de los tantos hoteles que su empresa tiene en Las Vegas. Invento. —Gracias Pablo, ¿Y cómo ha afectado tu casamiento a tu carrera? —Solo ha tomado por sorpresa a muchos, pero nada más. Respondo con la mayor calma posible. —¿Hay planes de hijos? Intercede otro reportero. La veo y creo que está a punto de desmayarse. Claramente no esperábamos esta pregunta. —Eh por ahora no. Digo nervioso y de esta manera intentamos seguir caminando hasta el área donde nos toman la fotografía para después entras al salón de fiestas. —No esperaba esa pregunta. Dice nerviosa una vez que entramos al perfectamente decorado salón de fiestas. —¡Rubia, esto es alucinante! Digo mirando a mi alrededor. —Y no, yo tampoco esperaba esa pregunta. Digo mirándola fijamente. —Ven, te presentare a algunas personas. Dice jalando de mi brazo para que la siga. —¡Hola Raymond! Saluda emocionada a un tío alto de cabello rubio y ojos verdes. —¡Jackie! ¡Pero qué bien te ves! Dice muy entusiasmado ignorándome por completo. Lo veo de la manera que mira a mi esposa y honestamente me está molestando mucho. No me equivoque, el tio está enamorado de ella. —Déjame presentarte a mi esposo Pablo. Dice colocado su mano sobre mi hombro. —Lo conozco muy bien. ¡Hola Pablo! Dice y me saluda con una sonrisa obligada. —Un gusto. Digo y lo mio es puro sarcasmo. —Amor, ¿Tú no tienes que ir a hablar con los otros invitados? Le pregunto. Sus ojos están abiertos de par en par y creo que es por la manera en la que la he llamado. —Debería. Dice sonriente. —¿Me acompañas? —Claro que si. —Raymond, hablamos luego. Le dice y seguimos caminando. —¿Cómo me has llamado? Pregunta deteniéndose en el medio del salón. —¿Amor? Digo haciéndome el tonto. —¿Lo has dicho de verdad o solo para marcar territorio con el? Pregunta con desconfianza. —¡Ve! ¡Que no soy un perro! Digo entre risas. —¿Ha sido porque lo sentiste asi? Insiste. —Si rubia. Digo colocando mi mano sobre su espalda y acercándome a ella. —Te he dicho amor porque así lo siento. "Amor te digo amor y suena diferente. Amor que pronunciado en eso se convierte Y voy más lejos... Amor que todo entiende y da todo un sentido amor y punto" Le canto al oído. —¿Tuya? Pregunta con dudas y una gran sonrisa. —No, de un gran amigo llamado Miguel Bose. Rubia, se que no escuchas música, pero creo que deberás tomar unas clasecitas... Después de todo, estas casada con un cantante. Le digo de manera picara. —¿Acaso pretendes convertirte en mi profesor? Pregunta de una manera que me provoca callarla a besos. —Me encantaría... pero, ¿sabes qué? —¿Qué? Pregunta con dudas. —Mejor seguimos esta conversación en la habitación más tarde, porque ahora creo que te están buscando. Digo mirando a una mujer que se acerca a nosotros. —Continuamos después. Eso si, no te alejes mucho que en unos minutos nos toca inicial el baile. Dice sonriente y luego saluda a la misteriosa mujer de nombre Erica, que supuestamente es una de las encargadas de cubrir el evento para una de las revistas más populares de California y ha viajado exclusivamente para esto. Miro a mi alrededor y no puedo dejar de sentirme el tio más afortunado de la fiesta, todos la miran, comentan de lo hermosa que es y yo sin buscarlo me he casado con ella. Creo que llevaba razón, quizás fue el destino.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR