-Abi- Desde las siete de la mañana estoy despierta con una sonrisa tranquila en mi rostro. Un pantalón n***o, una blusa celeste de blondas, mi cabello suelto y mis labios en un tono cereza, iluminan mi apariencia elegante esta mañana. Hasta ese momento creí que mi día sería genial, sin contratiempo ni prisas. Me detengo en la puerta del pequeño salón dentro de la sala de conferencia, dudando si una calificación vale la maldita pena para entrar a la cueva del lobo y enfrentarlo como si tuviese la fuerza de voluntad lo bastante fuerte para salir completa. O si tengo la justificación perfecta para llegar tarde ante él, sin confesar que ha sido por su culpa que hoy estoy así. Exhalo profundamente y doy dos toques a la puerta. “Adelante” resuena en el interior y desde ya las piernas empie

