-Melissa- El rubio me permite entrar al dichoso club y tal como lo esperaba, André está adentro junto a sus amigos del equipo. Ignoro por completo al castaño, tal como él hace conmigo, enfocándonos cada uno en nuestros asuntos. Me quito el vestido, mostrando mi pequeño y sexy traje de baño, uno que hasta al mismo castaño le cuesta no mirar y a la estúpida de Wendy la obliga a correr el riesgo de morir con su propio veneno al morder de su lengua para no decir ni media palabra de mí. Frank enrolla sus manos sobre mi cintura mostrándome como un premio, una decoración y me repugna aquella idea porque me recuerda mi patético pasado. Más lo olvido cuando el rubio me ofrece la solución y a la vez me recuerda lo malo del maldito club: las bebidas en exceso están prohibidas, pero no las pequeña

