4. Ira

610 Palabras
Cian Veloder Observó el vaso de cristal lleno de whisky, mis nudillos sangran por el arrebato que he tenido. La puerta de mi despacho se abre dejando ver a Marisa la zorra por la que mi esposa me a dejado. Recordarlo me provoca un enorme dolor de cabeza. — Cariño... — susurra con horrible dulzura irritable que carga su voz — mira que has hecho deja te ayu... — Largate — interrumpo al ver como se acerca pero me ignora por lo que tomo la botella de whisky tirandola al piso cerca de donde pisan sus tacones — ¡QUE TE LARGUES MALDITA SEA! — bramo furioso. Yo no puedo perder a mi princesa, no puedo perder a mi esposa y menos por una ramera. Observó el anillo que adorna mi dedo. — ¡No me grites que también sufro! — se queja haciendo un insoportable berrinche que solo me hierve la sangre en irritación. — Que te largues o llamo a seguridad — advierto. Sonríe cínicamente alzando una ceja, sus dedos recorren el tirante de su blusa tentando con bajarla. Relame sus labios dando un paso más. — No lo harías — me hostiga su estúpida respuesta por lo que tomo el teléfono del departamento llamando a seguridad — es broma ¿no? — la ignoro por completo. Justo cuando estoy por pedir la saquen mi celular suena pero no respondo. — ¿Señor? — contesta seguridad. — Necesito que saquen a una mujer de mi... — el celular me interrumpe de nuevo — sólo vengan a mi departamento — ordenó colgando. Marisa me ve furiosa caminando hacia mi de forma precisa. — ¡No soy una zorra como para que te deshagas así de mi, o algo similar como para que me trates así! — casi escupe las palabras. — Si no te gusta entonces no te compartes como una — respondo tomando mi celular donde se deja ver tres llamadas del mismo numero desconocido justo entra otra llamada haciendo responda, tal vez así deje de molestar — ¡¿Que... — ¿Señor Veloder? — una voz masculina y desconocida se oye del otro lado. — ¿Quien habla? — inquiero molesto. — Hablamos del hospital central — frunzo mi ceño — encontramos su numero en el celular de la paciente Ailén Vilha ¿Es usted su esposo? — mi corazón se acelera en preocupación al oírlo. Mi mano comienza a temblar, un escalofrío recorre mi cuerpo y un dolor de cabeza me tensa por completo el cuerpo. Se acelera en una extraña sensación. — Si el habla ¿Que sucede con mi esposa? — inquiero con preocupación. — La señora a sufrido un accidente automovilístico, se encuentra en estado de gravedad se solicita su presencia urgentemente para firmar unos papeles así ingresarla a cirugía — mi cabeza no deja de repetir las palabras del doctor. No esto no puede ser hace unas horas estaba físicamente bien, no puede, no mí princesa. La posibilidad de que sea mi culpa invade mi cabeza haciendo me sienta culpable. — Estoy ahí lo más pronto posible — cuelgo. — ¿Q-que su... — No te hagas la que te importa porque se que no, largate — bramo tomándola del brazo con firmeza salgo del despacho, camino con ella casi a rastras, llego a la sala justo se abre el ascensor con mi mano derecha y de seguridad — saquen la — ordenó a los de seguridad sorprendiendolos, suelto a Marisa quien me ve ofendida entre furiosa — tu — señaló a Frédéric el chófer — prepara el auto, al hospital central, ordeno sin prestar atención a las protestas de Marisa
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR