[AZIEL] Por reglas del local, no dejaron que Mateo entrara al área de los probadores, pero eso ni siquiera hizo falta para que la ropa que me ayudo a elegir fuera la que mejor me quedaba. Me sorprenden sus habilidades, sobre todo de este tipo ya que tenía la idea de que no era un hombre que prestara atención a ciertos detalles; definitivamente me equivoque. Entramos a su casa después de haber ido a cenar a un increíble restaurante, e inmediatamente él deja las bolsas sobre el sofá de la sala y va hacia la cocina, esa que tan buenos recuerdos me trae —¿Vino?— Me ofrece sacando una de las botellas de la nevera de vinos que tiene en su cocina. —Por supuesto— Respondo y me acerco a donde esta él y me siento en uno de los taburetes que esta frente a la isla que divide la cocina de concepto