Cuando salimos de la nueva oficina, algunas personas ya estaban regresando a sus puestos y fue cuando descubrí que en el piso también está el departamento de recursos humanos. Al cual debo ir mañana para firmar mi contrato y no hay nada mejor como tener mi propio dinero. Hace unos minutos, mientras dejábamos el piso, podía sentir que todos sabían lo que habíamos hecho en la oficina unos minutos antes. Pero sé que solo es mi paranoia. Ahora estamos camino al restaurante mientras repaso lo ocurrido en esas cuatro paredes. ¡Dios! Aún siento mis partes estremecerse. Supongo que ahora tiene sentido porque cambié de opinión en cuanto a salir con hombres un poco mayores que yo. «Sí, definitivamente, todo tiene sentido». Dejo escapar un suspiro, volteó a un lado viendo a Raphael que parece despre