La primera vez que Elena llegó a la villa de Varem pensó que estaba mirando una obra de arte, una impresionante mansión extraída de un hermoso sueño con decorados y cientos de detalles que saltaban a la vista, pero sí se miraba de cerca, las fracturas, las partes oxidadas y todos los defectos saltaban a la vista, la villa de Varem era una obra de arte en decadencia y en su sueño Elena pasó muchos años intentando mejorarla. Tras su despertar y a sabiendas de que todo su trabajo terminaría en manos de Erika, optó por abandonar la idea de una renovación y descuidó enormemente el mantenimiento ya fuera de la mansión, del jardín o de algo tan simple como la barda que los rodeaba. Años después, ahí estaba, mirando la hermosa mansión renovada y llena de luz como siempre debió ser. – Mi lady, e