Artemisa se encontraba sentada en el piso rodeada de las demás personas que se encontraban en la cabaña. Mientras tenía su mirada fija en su mejor amiga y su oído puesto en lo que les estaba diciendo sobre lo que ella hacía en la empresa de sus padres. Pablo negó con su cabeza de forma natural al no creer todo lo que la susodicha hacía en ese lugar. — Es que es imposible que te encargues de todo eso Gabriela — La miró de forma anonadada — ¿En serio crees que tu familia te dejaría hacerlo? — Efectivamente los que me hacen hacerlo son ellos — Se encogió de hombros metiéndose al mismo tiempo una uva a su boca — Por cierto, estás uvas estás riquísimas — Las alzó hacía Ares para que supiera que quería hablar con él sobre ello. — Son de la finca que tenemos para los vinos que son de casa —

