—Me parece justo —respondo, obligándome a mantener la voz estable. No puedo permitirme temblar, dudar o mirar hacia abajo. No frente a Nicoló.
Él asintió. Se quedó en silencio, observando algo más allá de mí. Como si hubiera terminado de moldear la escena en su mente y yo solo fuera una figura más en ese tablero silencioso. Me siento pequeña. No por él. Por todo. Por la maraña de decisiones, silencios y errores que me han traído hasta aquí.
—Raven —dice mi nombre en un tono más conciliador—. Sé que esto no es lo que soñaste. Pero si haces lo correcto, esto puede ser algo más que una transacción. Puede ser un cambio de vida. Puedes construir algo desde aquí. No estoy en guerra contigo. Pero no me hagas tu enemigo.
Me levanté del sofá. No porque quisiera irme. Si no porque siento que, si
