Esa tarde al salir de la oficina, fui a casa de Vicente a buscar a Isabel para llevarla al aeropuerto, pues volvería a Londres. Cuando entré, la encontré en la que fue la oficina de su padre, llorando desconsolada, y de inmediato se aferró a mi para buscar consuelo. Luego de un rato se calmó, y me contó que no había encontrado nada que nos fuera útil en la investigación, pero que en cambio, recordó muchos momentos vividos en esa casa. Incluso me dijo que visitó la que fue su habitación y que por eso se encontraba en ese estado. Camino al aeropuerto de Barajas, pude notar que quería decirme algo, así que comencé a hablarle del clima y de la música que pasaban en la radio del coche, para darle un poco de ánimo… - Marco, algo me llamó la atención de la oficina de la casa de papá,