Un mes después, en la empresa Narrador Laura se dirigió furiosa a la oficina de Roberto. Al parecer, revisando los libros de contabilidad se dio cuenta de que los fondos que desde hacía un par de años se venían desviando sospechosamente a una cuenta en Suiza, habían quintuplicado los montos tras la muerte de Vicente. Ella sabía de la existencia de cuentas a nombre de Isabel, a las que su padre transfería cada mes una cantidad de dinero fijo que ella no quería aceptar como mensualidad y que él le enviaba de todas maneras, pero esas cuentas no estaban entre las destinatarias de los fondos que ahora había visto, llevaban la firma únicamente de Roberto. Por eso ingresó sin llamar a la puerta, haciendo que el rostro del padrino de Isabel se transformara y que Pablo, quien se encontraba sent