Isabel Por fin había llegado el día. Por fin, había llegado su día. Después de varios años intentando darle señales de su existencia a Patrick, y de haberme soportado diciéndole una y otra vez que tuviera paciencia y persistencia, Kate había logrado ponerse en su panorama, y él había sido capaz de ver más allá de mi existencia, abriéndose a un amor que ahora se iban a jurar ante dios. Después de varios años negándose a admitir el secreto a voces de que yo no iba a lograr jamás verlo como algo más que un amigo, Patrick había aceptado mi consejo y se había dado la oportunidad de ser feliz y, sobre todo, de darse cuenta que realmente puede tener lo que merece: un amor tan grande como el que él también tiene para dar. Y como a diferencia de mi, Kate había elegido ya de niña todos los detal