Mientras la esperaba, busqué a Thiago para pedirle que se fuera él con los pequeños y que dijera que tenía algo que hacer en la biblioteca. Como se imaginarán, me costó varias bromas pero al menos sirvió para ver a mi hermano sonreír tras varios meses de ni siquiera hacer un gesto de aprobación ni desaprobación por nada. - Iré por los peques y los llevaré a casa sin problemas. Lo otro… (sonriendo pícaro) con una condición… - ¿Cuál? - ¡¡Te espero para que me cuentes los chismes!! (susurró tras ver que nade venía) - Jajajaja ¿qué chismes? ¡Solo es una amiga, tonto! - Vale, si… una amiga… ¡¡Lara también es mi amiga!! Jaja - Bueno… a ti te gusta ella, no es novedad… y ella… - ¡Ella nada, tonto! Es la hija de mi padrino. ¡