Algunos días después: 21 de septiembre, 2018 Ha sido la semana más tortuosa de mi vida, cada día en la oficina se me hizo eterno y no sé si fue porque apenas pude besarla o porque me mataba cada vez que él venía a buscarla para llevarla a su casa jugando a ser el matrimonio perfecto. Ella no ha dejado de repetirme a escondidas que no tenía nada de qué preocuparme, que es a mí a quien ama, pero los celos fueron inevitables cuando él la tomaba de la mano y se la llevaba cada tarde. Un viernes más por la noche, uno que sabe diferente porque no tengo ganas de salir a ningún bar ni mucho menos hablar con nadie. Muero de celos con solo pensar que ella puede estar cenando con él y que después de algunas copas quizás terminen enredados en la cama. Sé que sería lo normal, que están casados, pero