(Horas más tarde) Se ve fabulosa con ese vestido color rojo entallado a su cuerpo que apenas va develando los cambios que provocan el embarazo. Su rostro enmarcado en ese sutil maquillaje se luce más que nunca, y como si todo eso fuera poco, sus ojos verdes brillan de una manera sin precedentes, y es que ahora comprendo eso que dicen acerca de la mirada de una mujer embarazada… —Desprendes una luz que encandila todo lo que hay a tu alrededor— le confieso cuando sus pasos se dirigen hacia mí. —No hay nada que hacerle, eh… eres el hombre más romántico de este planeta— me dice sonriente. —¿Es una queja o un halago? — cuestiono divertido y su respuesta se traduce en un beso que se que me dejara la huella de su labial en mi boca, pero que no me preocupa en absoluto. —Un halago, hay suficie