Andrea Moreno.
Los rumores sobre la fatídica pedida de mano se habían aplacado, ahora estaban enfocados en nuestra dulce y tierna relación, pero hoy era un día difícil para mí, hoy aceptaría el apellido de mi padre, sobretodo porque mi plan se volvió tan serio y real, estos últimos días junto al imponente Steven Simons la pase más que bien, cada vez que lo veía un hormigueo me recorría el cuerpo, y las ganas de lanzarme sobre él y quitarle la ropa eran infinitas. Hoy había decidido que me acompañaría, aunque tenía mucho que hacer, íbamos tomados de la mano en la parte trasera del auto de mi padre, mientras que él iba sentado en el asiento del copiloto, observándonos en silencio.
Steven acariciaba mi pierna y me susurraba al oído lo que se suponía quería hacerme, me dispuse a reír, averg
