Los labios de Morgan eran besados con gentileza, Sirhan dejaba caricias por todo su cuerpo, ahora no era el lobo impaciente y salvaje, la chica podía sentir la calidez de su cuerpo, tan reconfortante después de un trago amargo.
Ahora se sentía un poco tonta, desde el principio lo fue, siempre vivió en su burbuja, lejos de los peligros, pero no había peor amenaza que ella misma.
Se juró que sería mas lista, mas precavida, obedecería a su rey y estaría solo para él.
Respiró con fuerza al sentir su lengua recorrer su cuello y sus pechos, hasta llegar a su ombligo, lo miró y sintió el calor invadirla al ver que su mirada destellaba un poco de maldad.
Cerró los ojos con fuerza al sentir esa dulce caricia en su s*x*o, ¿Cómo algo tan simple la hacía sentir en el mismo paraíso?.
—Soy tuya mi
