Luca y yo somos una maraña de extremidades entrelazadas uno encima del otro, nos tocamos con hambre, como si fuera lo que nos puede mantener vivos. Parece como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que estuvimos juntos. Luca es un hombre con una misión que es despojarme de la ropa. Sus manos de deslizan por mi pecho, cuando mi top cae sobre la alfombra y sus grandes manos acunan mis pechos, y deja besos entre ellos. Acuno su rostro y lo beso al tiempo que lo saco de su camisa y arrastro mis uñas por su pecho mientras gimo contra su boca. De mala gana lo dejó ir cuando se incorpora y sale del resto de su ropa. No lo pienso dos veces y hago lo mismo dejando mi cuerpo al descubierto. Me sienta de vuelta en el sofá y se arrodilla frente a mí, besa cada una de mis rodillas sin de