Unos días después estoy volviéndome loca, encerrada en mi departamento. Dos días en los que me he permitido pensar y sopesar la situación. Austin y Patricia han venido a ver cómo estoy y tuve que fingir que estaba bien. Querían cerciorarse de que la situación no me estaba afectando como en realidad lo hace. Patricia me confirmó lo que sospechaba, los rumores se han esparcido y, al parecer, la oficina sabe de mi supuesta traición. «Bien, eso me martiriza, pero no estoy dispuesta a darles el poder de hacerme sentir una mierda por algo que no he hecho». Por otro lado, está Luca. Mi mirada se dirige al ramo de lisianthus que llegaron ayer. Debo admitir que son hermosas y el maldito le atinó a mi gusto. Pero eso no quita lo sucedido. Ha venido, pero no abro la puerta, me ha llamado, pero tamp