Tenía miedo de volver a pasar por las complicaciones del embarazo. Cuando me quedé embarazada de Leo mi cuerpo no lo acogió del todo bien y estuve a punto de perderlo, pero no mucho después de que nuestro primer pequeño cumpliera los tres años, descubrí que tendríamos otro. Otro niño. —Igual me vuelvo loca si sois tres como tú por casa —bromeé. Diego me miró, había estado con un humor de perros por problemas de la banda y le había puesto un alto a su mal humor en la puerta: los problemas de la banda no entraban en nuestra casa. —¿Tanto te cuesta aguantarme? Sonreí y atravesé la cocina hasta abrazarme a su cuerpo descamisado y fornido. —¿Estás enfadado conmigo porque te he regañado? Quita esa cara de amargado que te estoy dando otro hijo. —No estoy enfadado, solo estoy pensando. —¿P
Escanee el código QR para descargar y leer innumerables historias gratis y libros actualizados a diario