Espero a Lía apoyado en el coche y sonrío cuando ella aparece. Observo su atuendo cómodo y se acerca a mí, colgando bien la pequeña mochila en su espalda. Se acerca a mí y rodeo su cuerpo con uno de mis brazos y beso su coronilla. — ¿Preparada para ir a disparar? — Por supuesto. Sonrío y le abro la puerta para que entre, sabiendo que dije que no volvería a hacerlo. Cierro la puerta y rodeo el coche para montarme. Había esperado la noche anterior hasta que ella se durmiera y había estado nervioso porque sí, ese hombre podía denunciarme y no me convenía tener una denuncia. Había escuchado la voz de Lía mientras la esperaba en el portal y miré indeciso el coche hasta que me acerqué porque sí, era ella. La sangre me había hervido y había intentado no perder los papeles delante de el