Voltea a verme sorprendido y cuando se va a acercar a mí, corro alrededor de la mesa, en poco tiempo me acorrala y me levanta en brazos mientras yo pataleo para que me baje, me da una nalgada, abre la regadera y me mete en brazos, así con todo y ropa. No puedo dejar de reírme, en eso empieza a quitarme la ropa mojada. —Se nos está haciendo tarde —le digo pasando mis manos por su cuello. —No importa. Ya que termina de quitarme la ropa, obviamente hacemos el amor. Salimos de la ducha y empiezo a secarme el cabello, me quita la secadora y termina de secarlo. —Me encanta el color de tu cabello, de este color se pone tu nariz cuando te enojas. Comienza a besarme el cuello y antes de que continúe, lo dejo ahí de pie en el baño y corro a la habitación sin parar de reírme, me cambio lo m