Fadyx Mayken La tarde transcurre de forma maravillosa, envuelta entre carcajadas sinceras y confesiones inesperadas de Lanyx, quien comienza a relatarme algunas de sus travesuras más grandes. Me sorprende descubrir ese lado suyo —más rebelde, casi infantil—, considerando lo estrictos que siempre fueron con él. Habla con una mezcla de nostalgia y picardía, como si cada recuerdo lo transportara a esos días en los que aún podía salirse con la suya. También me cuenta cómo, según él, yo siempre estuve presente en su vida, que mi influencia fue constante e importante. Aunque me cuesta un poco creer en sus palabras —porque la duda siempre ha sido mi compañera silenciosa—, intento hacer un esfuerzo por confiar en lo que dice. Él lo nota, lo agradece con una leve sonrisa que no se borra de sus lab