Mael Lennox Siento mi cuerpo insoportablemente pesado, como si cada músculo estuviera al borde de desgarrarse con cualquier movimiento, como si dentro de mí hubiera una cuerda tensa que se rompiera con el más mínimo esfuerzo. Es extraño este estado: tengo una necesidad urgente de abrir los ojos, de moverme, pero al mismo tiempo algo me ata y me hunde en una impotencia cruel. Esa sensación se vuelve insoportable cuando me tocan, cuando me mueven bruscamente, como si me sacudieran sin cuidado. No logro entender qué hacen conmigo, sólo sé que cada sacudida me provoca un dolor atroz, como si mis músculos se desgarraran de verdad, como si los estuvieran arrancando uno a uno. Escucho voces lejanas, creo que hablan entre sí, tal vez de mí, pero son murmullos distorsionados, inalcanzables. Inten